martes, 19 de marzo de 2013

Homenaje a 40 años del triunfo de Héctor Cámpora

Palabras de Antonio Riestra en la Cámara de Diputados de la Nación recordando el triunfo de la fórmula Cámpora-Solano Lima en las elecciones presidenciales del 11 de marzo de 1973.



Voy a rendir homenaje a los 40, una edad en la que a muchos y muchas les pega el viejazo. Yo quiero recordar los 40 años ligados indefectible e irrenunciablemente a una juventud que también hace 40 años permitía no sólo el regreso del general Perón al país sino que además protagonizaba la histórica fecha del 11 de marzo de 1973 con el triunfo del Frente Justicialista de Liberación y la derrota en las urnas de la dictadura de Lanusse.

No es mi propósito ser autorreferencial sino recordar a los jóvenes que protagonizaron una gesta, muchos de ellos ganando la calle; otros escuchábamos y seguíamos entrecortadamente desde la cárcel el proceso que había comenzado 17 años antes y al que nos fuimos sumando, convocados por la injusticia y la desigualdad.

Para quienes apenas superábamos los 20 años fue el hecho político más importante. Pero aún quedaba por delante la recuperación de nuestros derechos civiles, de nuestra libertad. Desde marzo hasta mayo fueron meses intensos, de largas discusiones, fundamentalmente con los compañeros que electos diputados nos visitaban todas las semanas. Los recuerdo a todos, aunque no los voy a nombrar. Cumplían con la misma responsabilidad que debemos cumplir nosotros ante un acto de injusticia.

El 11 de marzo fue el hecho político más importante. La noche del 25 de mayo nos marcó definitivamente a muchos de los que esa misma noche entendimos cuál era la potencia, el poder de una acción política sustentada sobre la voluntad de un pueblo movilizado. Hay fotos que quedan grabadas para siempre. A la salida del penal de Rawson, una división completa a cargo del todavía no tan memorable Galtieri se inmovilizaba, fusil en mano, ante el mandato del 11 de marzo.

Algunos aprendimos de esa experiencia. Otros entraron en una disputa de tahúres; ese es otro análisis. Pero él tenía una metáfora extraña, como casi todas sus citas: el mariscal de Sajonia hizo toda su campaña política arriba de un burro, pero el burro nunca aprendió de política. Me incluyo como parte de esta autocrítica. Sin embargo, respeto a todos mis compañeros ausentes físicamente por esta reflexión que no pretende ser un debate.

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